TUSÍLAGO
TUSÍLAGO, EXCELENTE RECURSO CONTRA LA TOS
Su propio nombre advierte sobre la verdera fuerza terapéutica de esta planta tan común en nuestras montañas, como uno de los mejores remedios naturales para acabar con la tos. El término tusílago deriva de la voz latina tussis por tos y agere, por echar o perseguir, en alusión a su referido poder para expulsar la tos. Antiguamente las hojas del tusílago o fárfara se fumaban con la ayuda de un canutillo, como recurso práctico para curar la tos seca e insistente.
Es el tusílago, Tusilago farfara, una planta rastrera, de hojas grandes y largamente pecioladas, que destaca por la presencia de unos vástagos recubiertos de escamas, que florecen a principio de primavera, exhibiendo bellas flores amarillas en botón. Las hojas no aparecen hasta después de la floración. El tusílago prospera sobre suelos arcillosos y húmedos, en áreas de montaña y valles, en márgenes de bosques y caminos. Está presente en toda Europa.
Se aprovechan las flores y especialmente las hojas. Las primeras se recolectan antes de abrirse los capullos, a principios de primavera, y las hojas, al inicio del estío. Se deben secar a la sombra en espacios ventilados y sin humedad, evitando que las flores pierdan su tonalidad dorada.
El tusílago contiene abundantes mucílagos, inulina, flavonoides y una proporción de alcaloides. Tiene una clara acción antitusiva y expectorante, que combinada con su fuerza protectora de las mucosas hacen de esta planta uno de los remedios más valiosos que nos ofrece la naturaleza para luchar contra la tos, plantar cara a los catarros respiratorios y despejar las vías respiratorias, impidiendo que se desarrollen las inflamaciones de faringe, laringe, amígdalas y bronquios. Actúa con probada eficacia contra aquellas toses persistentes e irritativas que cuesta hacer desaparecer y ayuda a bajar la temperatura del cuerpo. Por su fuerza para limpiar los bronquios y regenerar las mucosas respiratorias es ideal para los ex-fumadores y se ha recomendado en la cura de desintoxicación del tabaco. En dosis reducidas puede ser administrado perfectamente a niños y ancianos.
Los herboristeros nos proponen una fórmula muy eficaz para depurar los bronquios. Utilizaremos, en cantidades de 15 gramos, tusílago, pulmonaria, liquen de Islandia, marrubio y brotes de pinabete. Combinamos una cucharada sopera rasa de la mezcla por 1/4 de litro de agua, hervimos dos minutos y dejamos reposar tapado diez minutos más. Para mejorar el sabor podemos añadir una cucharadita de miel, y tomamos una taza cada cuatro horas, bien caliente.
Una alternativa contra la tos la preparamos mezclando 20 gramos de flores de tusílago y la misma cantidad de otras hierbas igualmente expectorantes como el pino albar, el culantrillo de pozo y el eucalipto, más el refuerzo digestivo del hinojo. Combinamos una cucharada sopera de la mezcla por taza y lo hervimos 3 minutos. Se puede mejorar el sabor con una pizca de zumo de limón. Las dosis son de tres tomas diarias, después de las comidas, preferiblemente bien calientes.
Para bajar la temperatura corporal nos valdremos de la fórmula de la gripe. Separamos 15 gramos de tusílago, amapola, genciana y saúco. De nuevo combinamos una cucharada sopera de la mezcla por taza de agua, hervimos tres minutos y mantenemos en infusión durante un cuarto de hora. Colamos y le añadimos zumo de limón o miel para disimular el sabor amargo. Se puede ir tomando durante el día, a ligeros sorbos.
Las hojas de tusílago se han recomendado también para apoyar el tratamiento contra el asma y en determinados problemas dentales. No obstante se aconseja no prolongar demasiado su consumo.
El tusílago se presenta en infusión, tintura, gotas y en forma de jarabe contra la tos.
Texto: Jordi Cebrián
Con el asesoramiento de Trino Ferrán, herboristera de "El Manantial de Salud"



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