YEMOTERAPIA

 COMO CURAN LOS BROTES


YEMOTERAPIA, LA FUERZA REPARADORA DE LOS BROTES


La yemas de las plantas poseen toda la fuerza curativa de éstas de forma concentrada. La yemoterapia es la práctica homeopática que emplea estos tesoros embrionarios para estimular la salud humana.


La explosión renovada de vida que se da en las estructuras más incipientes contiene en su seno, por minúsculo que pueda parecer, toda la fuerza y la potencialidad del ser vigoroso que está a punto de aflorar y a partir de ahí, de desarrollarse, sea una flor de efímera floración o un árbol llamado a transformarse en un gigante poderoso y longevo.


En el fascinante universo vegetal, el primer atisbo visible –al ojo humano- de vida es la yema. Las células presentes en la yema se asemejan a las células madre, que contienen los rasgos esenciales del futuro ejemplar adulto. De una de esas células se puede reconstituir la planta entera. 

Paul Henry, un médico homeópata belga fue el primero que propuso utilizar las yemas embrionarias de las plantas para reequilibrar los organismos perturbados de las personas. Y a partir de ahí elaboró un amplio catálogo de productos homeopáticos en una práctica que entonces bautizó como fitoembrioterapia. 





YEMA O BROTE


Las yemas son estructuras celulares incipientes encargadas del crecimiento de los tallos de las plantas, es por tanto la parte más tierna y joven del vástago. Hablamos de yemas foliares cuando producen hojas nuevas. En la yema se ubica el meristema vegetativo, un conjunto de células fundadoras o primordiales –primodium-, que producen nuevas estructuras por división celular. El meristema apical, situado en el ápice, lleva inserto primodios foliares, que son las hojas incipientes. Las yemas que se encuentran en el extremo del eje se conocen como yemas terminales y las que se ubican en la unión de las hojas con el tallo, yemas axilares. La palabra brote es un término más genérico, que incluye las yemas, pero también tallos y hojas en sus primeros estadios de crecimiento, y hay quien lo considera un sinónimo. Los brotes contienen concentrados el potencial nutricio y los principios activos de la planta, y son buscados y devorados con afán por muchas criaturas del bosque, como un soporte alimenticio de primer orden, pero de duración limitada. Brotes o yemas, sean éstas escamosas –recubiertas de escamas- o desnudas, son los elementos de la planta de los que se vale la yemoterapia. Se usa en homeopatía, pero también en fitoterapia, como veremos. Por su parte los turiones, de los espárragos por ejemplo, son tallos carnosos emergentes, que para conseguir que sean blancos, se les priva de la luz solar a fin de que no se puedan cargar de clorofila.



LA TEORIA DE PAUL HENRY


Paul Henry publicó sus investigaciones a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado y su teoría fue ampliada más tarde por el médico francés Max Tetau, que ya pasó a denominarla yemoterapia, como aún lo conocemos hoy. Las yemas y brotes jóvenes de las plantas, al estar constituidos por tejidos embrionarios en crecimiento, contienen toda la potencia de la planta adulta, de forma concentrada y actúan como precursores activos de toda la planta. Son ricas en fitohormonas, en ácidos nucleicos, vitaminas, oligoelementos, polifenoles, enzimas y aminoácidos. Esta terapia se basa en el aprovechamiento de la energía biológica de todos estos principios activos contenidos en los brotes, que más tarde se dispersan por las diferentes partes de la planta adulta, por ello se considera que tienen mayor efecto regenerador que una parte separada de la misma planta. Para Henry el balance entre globulinas y albúminas en la sangre debe tender hacia un equilibrio, ya que según él la existencia de este equilibrio fisiológico en las personas se puede detectar en función de la cantidad de proteínas que hay en el plasma sanguíneo. Con los preparados a base de yemas, Henry y sus continuadores, conseguían un correcto drenaje y desintoxicación orgánicos.



EL MEDICAMENTO HOMEOPÁTICO


La yemoterapia es ante todo una disciplina homeopática y emplea extractos de estos brotes o yemas en proporciones muy diluidas, en un preparado por maceración que se conoce como extracto hidroalcohólico glicerinado. Para poder extraer la totalidad de los principios activos que contienen las yemas se precisan de estos tres elementos, el agua, el alcohol y la glicerina. Con la primera se aíslan las vitaminas hidrosolubles, las sales minerales y otras sustancias como taninos y flavonoides. El alcohol extrae los glucósidos, alcaloides, ácidos y vitaminas liposolubles como la E, mientras que la glicerina aísla los aceites esenciales, las gomas, las ceras y las materias colorantes. Se deben utilizar yemas recién cosechadas, que son maceradas durante un mes o cuarenta días, en una mezcla que contenga 50% de glicerina, 30% de alcohol y 20% de agua, y mantenidas en un espacio fresco, agitando al menos unas treinta veces durante ese periodo para asegurar la potencia homeopática. Una vez filtrado el contenido y depositado en un frasco de vidrio translúcido, se debe conservar en un lugar sombreado y fresco, alejado de la luz solar. Según los expertos, estos extractos pueden ser utilizados hasta un máximo de cinco años después de su elaboración. Los yemoextractos son comercializados sólo en farmacias, ya que se consideran medicamentos homeopáticos, no en herbolarios, desde que el universo farmacéutico se ha ganado la exclusiva de venta de productos homeopáticos, cuando antes los ignoraba. 


DOSIS TERAPÉUTICAS


Cada especie tiene su indicación específica y de tal modo lo indicará el médico homeópata, pero las dosis estándares suelen ser de 15 gotas, disueltas en agua o zumo de fruta, en tres tomas diarias, unas 45 en total, mejor en ayunas (por la mañana, a media tarde y antes de cenar) La cantidad de alcohol que se ingiere es mínima, por lo que puede ser administrado sin problemas a niños de corta edad y a ancianos, en tales casos en dosificaciones de entre 1 y 5 gotas. Se suele presentar en frasco de vidrio con cuenta gotas y es preferible optar por productos con certificación de agricultura biológica. Las indicaciones terapéuticas de la yemoterapia son ciertamente amplias, y vienen determinadas por la especie elegida. Entre las yemas más utilizadas encontramos árboles, como pino, castaño de indias, cedro, nogal, tilo, olivo, abedul o incluso sequoia, arbustos, como frambueso, grosellero negro, brezo o rosal silvestre y matas leñosas como arándano, zarzamora, tomillo, romero o lavanda.



SELECCIÓN DE YEMAS Y SUS INDICACIONES





Algunas de las plantas empleadas con mayor frecuencia en yemoterapia son las que aparecen en este apartado:


Abedul Betula verrucosa, yemas de vástago y hojas. 

Propiedades: Depurativa, antiinflamatoria, diurética, antihipertensiva, antirreumática.

Indicaciones: Muy útil como depurativo y desintoxicante, se recomienda para aliviar los dolores artríticos y artrósicos, en ataques de gota leves, para contribuir a controlar la tensión alta y el sobrepeso por retención de líquidos. Es un buen remedio en caso de urea alta y presencia de edemas. Ayuda a combatir las impurezas de la piel.


Arándano rojo Vaccinium vitis-idaea, yemas de hojas y vástagos

Propiedades: Diurética, hemostático local, antiséptica, astringente, antidiarreica, depurativa, tónico venoso.

Indicaciones: Adecuado para tratar los problemas de insuficiencia venosa, como adormecimiento de los dedos, calambres, varices y hemorroides. Evita la retención de líquidos y los edemas, combate la infección en el tracto urinario y ayuda a eliminar las toxinas por la orina. Se recomienda en situaciones de intoxicaciones alimentarias, en cólicos y diarreas.


Cedro del Líbano Cedrus libani, yemas de hojas y brotes de los frutos

Propiedades: Expectorante, antiséptico, depurativo, emoliente, diurético.

Indicaciones: Por su riqueza en aceite esencial, se revela como un excelente remedio antiséptico del tracto respiratorio, indicado para tratar las distintas afecciones respiratorias como gripe, sinusitis, laringitis, bronquitis. Contribuye también a favorecer la desaparición de las impurezas de la piel,  a combatir granos, eccemas o forúnculos.



Espino blanco Crataegus oxyacantha, yemas de hojas 

Propiedades: Antiarrítmico, hipotensor, sedante, tónico cardiaco, antiespasmódico, diurético.

Indicaciones: Es un buen apoyo para controlar la tensión sanguínea, actúa como un sedante eficaz, calma las palpitaciones nerviosas y las arritmias. Se indica en caso de estados leves de ansiedad e irritación nerviosa. Actúa como un relajante muscular, alivia la tensión muscular, la rigidez y los calambres.


Nogal Juglans regia, yemas de vástagos y hojas.

Propiedades: Expectorante, astringente, antiinflamatorio, antirreumático, emoliente, diurético, depurativo.

Indicaciones: Combate las afecciones respiratorias, alivia los dolores reumáticos y los espasmos musculares, y sobre todo se indica como regenerador de las mucosas de la piel y como depurativo, para favorecer las impurezas.



Olivo Olea europaea, yemas de hojas y vástagos

Propiedades: Depurativo, diurético, antihipertensivo, sedante, tónico, hipoglucemiante, vasodilatador periférico, antiarrítmico.

Indicaciones: Remedio excelente para mantener la tensión sanguínea bajo control, combate las arritmias, previene los accidentes vasculares y tonifica el corazón. Se le atribuye un efecto tónico y estimulante, favorece la capacidad de concentración y estimula la memoria. Se indica también como apoyo en la diabetes y para reducir las tasas de colesterol LDL.



Romero Rosmarinus officinalis, yemas de vástagos y hojas

Propiedades: Tónico, estimulante, depurativo, desintoxicante, hepatoprotector, antiespasmódico, digestivo, carminativo, antiinflamatorio.

Indicaciones: Remedio para ayudar a elevar el ánimo, en estados de astenia, debilidad, fatiga y melancolía. Actúa como un tónico digestivo, combate la hinchazón abdominal y previene la formación de gases. Tiene un efecto protector sobre las funciones de hígado, ayuda a eliminar las toxinas con la orina y alivia la jaqueca y relaja la musculatura.


Tilo Tilia cordata, T. tomentosa, yemas de hojas, capullos florales y vástagos

Propiedades: Relajante, analgésico, antiinflamatorio, diaforético, demulcente, diurético.

Indicaciones: Remedio contra los nervios, los estados leves de ansiedad, el estrés y la irritación nerviosa. Calma las palpitaciones nerviosa y los tics y puede favorecer un sueño reparador en insomnio no agudo. Ayuda a controlar la tensión sanguínea y relaja la musculatura.







YEMAS EN FTOTERAPIA  


Junto a las aplicaciones homeopáticas, a base de yemoextractos líquidos principalmente, la fitoterapia también se ha servido de las yemas en sus preparados herbarios. Se han aprovechado sobre todo los brotes de algunas coníferas, como el pino silvestre, el pino marítimo y especialmente el abeto Abies alba, por su gran poder balsámico. Pero también se emplean otras especies, como algunos árboles caducifolios, álamo blanco y negro, sauce o aliso, o los brotes tiernos de la encina.



REMEDIOS HERBARIOS CON YEMAS 


- Tisana para afecciones respiratorias con congestión y tos.

Ingredientes: Brotes de abeto, marrubio blanco, liquen de Islandia, malva, malvavisco y regaliz. Una cucharada sopera de la mezcla por taza de agua.

Preparación: Hervir 2-3 minutos, dejar en reposo y filtrar.

Dosis: Tomar 2-3 vasos al día, moderadamente caliente.


- Ungüento para quemaduras y pieles dañadas

Ingredientes: Brotes de álamo negro y abedul, flores de caléndula. Unos 150 g de la mezcla de las plantas frescas y unos 500 g de vaselina, cera o parafina blanda.

Preparación: Se funde la cera en baño maría y se le añaden las hierbas, y se deja a fuego lento, removiendo de forma constante. Se filtra a fondo utilizando un tamiz y se vierte en un frasco de vidrio translúcido. Se debe dejar que repose unos 10 días. 

Aplicación: En masaje suave sobre la piel afectada. 






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