EL ARCO IRIS MEDICINAL

 SALUD EN COLORES




 

Los siete colores del arco iris se revelan como elementos reparadores de la salud humana a través de la coloración de plantas medicinales que exhiben estos colores en sus flores, como las siete que se han seleccionado en este artículo.

 

La naturaleza, lo ecológico y natural, se suele asociar al color verde. El verde domina en la tierra emergida no alterada, por el follaje de los bosques y los setos enmarañados, por la hierba tierna de los prados y los pastos en primavera. Este color sereno es producto de la clorofila, un pigmento verde que interviene en la fotosíntesis y que se localiza en las células de las hojas o cloroplastos. Pero no es ni mucho menos el único pigmento con el que cuentan las plantas para desarrollarse. Los carotenoides son pigmentos que absorben la luz azul y que tienden a exhibir colores vivos, en tonos azulados, rojos o anaranjados y las xantofilas son pigmentos amarillos y ocres que aportan la coloración otoñal de las hojas en el bosque caducifolio y el amarillo de muchas flores. En la naturaleza los siete colores del arco iris se encuentran profusamente representados, con todo lujo de matices en tonos y combinaciones. Y muchas plantas medicinales deben tal condición a esos pigmentos que encienden sus colores. En este artículo se ha elegido una planta curativa por cada color del arco iris, para dar fe del poder del color para favorecer la salud humana.

 

 

El color rojo: Amapola, calma los nervios y la tos

Principios activos y propiedades: El color rojo de los pétalos viene dado por pigmentos de derivados antociánicos, contiene también alcaloides como la papaverina y la readina, y mucílagos. Se comporta como sedante suave, expectorante, demulcente y antiespasmódica.

Dónde se encuentra: En prados, márgenes de cultivos y de caminos, campos abandonados. Florece en primavera, desde el mes de abril. 

A quien conviene: Está indicada para tratar la irritación nerviosa, el insomnio moderado, incluido el afecta a niños y ancianos, las cefaleas nerviosas, los tics y los espasmos nerviosos. Por su alto contenido en mucílagos, alivia la irritación en las mucosas respiratorias, favorece la expectoración y combate la tos irritativa. 

Cómo se toma: En infusión simple o combinada con otras hierbas, hasta tres tazas al día. Los pétalos de la amapola aportan una coloración pardo rojiza a la tisana. Se encuentra también en jarabe para la tos, tintura y extracto líquido.  



   

 

El anaranjado: Caléndula, amiga de la piel.

Principios activos y propiedades: El color anaranjado de los capítulos florales viene dado por pigmentos carotenoides y xantofílicos. Contiene además flavonoides, calendulina, principios amargos, saponósidos, aceite esencial y polisacáridos hidrosolubles, las galactanas. Se comporta como antiséptica, antiinflamatoria, emenagoga, antiespasmódica y cicatrizante.

Dónde se encuentra: Es una conocida planta de jardín, que a veces puede encontrarse subespontánea en la proximidad de masías y caseríos. Florece en primavera y verano.

A quien conviene: Es una de las plantas más eficaces para el cuidado de la piel. Resulta ideal para el tratamiento y cura de diferentes afecciones dermatológicas, como granos, quemaduras leves, escaldaduras, acné juvenil, picaduras de insectos, para desinfectar heridas y combatir la infección por hongos. Se usa también sobre pieles irritadas, eccemas, forúnculos y en dermatitis exfoliativas o descamación de la piel. Por vía interna se toma para tratar los trastornos menstruales y para combatir los parásitos intestinales.

Cómo se toma: La decocción en baños o lavados o para regar la zona afectada, en compresas y cataplasmas. El aceite de caléndula en friega o masaje, cremas y pomadas que la contengan. Y la infusión por vía interna, dos vasos al día. 




 

El amarillo: Onagra, aliada de la salud femenina

Principios activos y propiedades: El color amarillo de los grandes pétalos viene dado por pigmentos xantofílicos. Es el aceite obtenido por presión en frío de las semillas su elementos medicinal. Muy rico en ácidos grasos insaturados del tipo Omega 6 (gamma-linolénico), se comporta como antiinflamatorio, antiespasmódico, regulador hormonal, emoliente, hepatoprotector y antiagregante plaquetario.

Dónde se encuentra: Es originaria de Norteamérica, pero se encuentra de forma subespontánea en playas, dunas, riberas y ramblas fluviales.

A quien conviene: El aceite de onagra por vía interna tiene numerosas aplicaciones. Se destina sobre todo a fortalecer la salud de la mujer, alivia las molestias de la menstruación y los síntomas de la menopausia. Está especialmente indicada para el tratamiento natural de la artritis reumatoide, las alergias respiratorias y para prevenir la aparición de problemas cardíacos como tromboembolismos y arteriosclerosis. Por vía externa, el aceite se aplica sobre granos, pruritos, eccemas, acné juvenil y para demorar el envejecimiento cutáneo.  

Cómo se toma: La forma más usual es en perlas de gelatina o en cápsulas y el aceite en friegas o masajes por vía tópica.




 

El verde: Melisa, bálsamo nervioso y digestivo  

Principios activos: El verde de las hojas de la melisa y de cualquier otra planta es obra de la clorofila. Con solo rozarlas, emanan estas hojas una penetrante fragancia, de la que es responsable el aceite esencial, contiene también mucílagos, principios amargos y flavonoides. Se comporta como sedante, digestiva, aperitiva, carminativa, antiviral, expectorante y cicatrizante.

Dónde se encuentra: En bosques de ribera, barrancos y herbazales húmedos. Florece en primavera. 

A quien conviene: Actúa como un sedante suave, recomendable para niños y adolescentes como alternativa a calmantes más agresivos. Se indica para tratar episodios leves de insomnio, taquicardias, cefaleas nerviosas o digestivas. Se indica en digestiones pesadas, espasmos gastrointestinales y gastritis. Y ayuda a eliminar la hinchazón abdominal, los gases y las flatulencias. Y por vía externa, ejerce su acción antiviral y antiséptica sobre herpes, picaduras de insectos y heridas leves.

Cómo se toma: En infusión, simple o combinada, hasta tres tazas al día, en tintura (50 gotas diarias, disueltas en agua o zumo), extracto líquido y la infusión para lavados o compresas.

 

El azul: Borraja, apoyo natural para el riñón

Principios activos y propiedades: El azul claro de sus bellas flores colgantes viene dado por derivados antocianósidos, contiene además flavonoides, mucílagos abundantes, alantoína, sales minerales y en su aceite, ácidos grasos insaturados del tipo Omega 6. Se comporta como expectorante, demulcente, antiinflamatorio, sudorífico, diurético, antihipertensivo, hipolipemiante, depurativo.

Dónde se encuentra: Muy común en márgenes de sembrados y caminos. Florece desde el mes de febrero. De las semillas se obtiene por presión en frío un aceite vegetal de alto valor terapéutico.

A quien conviene: La borraja es un excelente depurativo a nivel renal, y se indica en caso de inflamaciones urinarias, como la cistitis, para tratar la inflamación renal y para controlar los niveles de urea y ácido úrico en sangre. Supone un apoyo natural para personas hipertensas y combate los edemas y la retención de líquidos. Actúa también como bálsamo respiratorio. El aceite de borraja es un buen complemento para tratar los niveles altos de colesterol y se recomienda para tratar los síntomas del climaterio. Por vía tópica, se aplica sobre pieles irritadas o envejecidas.  

Cómo se toma: La infusión o decocción, simple o mixta, hasta tres tazas días, el aceite en perlas o cápsulas y para uso externo en friegas.




 

El violeta: Violeta para respirar mejor

Principios activos y propiedades: El color violeta le viene dado por derivados antocianósidos, como la violamina. Contiene además mucílagos y ácido salicílico. Se comporta como antiinflamtoria, mucolítica, demulcente, antipirética y analgésica.

Dónde se encuentra: En bosques húmedos.

A quien conviene: Planta rica en mucílagos, es un excelente recurso herbario para combatir las afecciones respiratorias como episodios gripales, bronquitis, faringitis y laringitis. Se indica igualmente para aliviar la inflamación gástrica.

Cómo se toma: En infusión simple o combinada, dos tazas al día, y en jarabes que la contengan.




 

El rosa fucsia: Centaura menor, buen depurativo hepático

Principios activos: Alcaloides, ácidos fenólicos, flavonoides y principios amargos. Se comporta como estimulante digestivo y de las secreciones biliares y pancreáticas, y presenta un efecto reparador sobre el hígado.

Dónde se encuentra: En prados secos.

A quien conviene: Planta de sabor muy amargo, que se incorpora en fórmulas para aliviar las alteraciones hepatobiliares, en inflamación hepática, intoxicaciones, síndrome del hígado graso y para prevenir la formación de piedras en la vesícula.

Cómo se toma: En infusión mixta, 2-3 tazas al día, en tintura, 30 gotas diarias en tres dosis, y en extracto líquido.




 

El poder curativo del color  

 

La utilización de los colores como terapia curativa tiene un nombre, cromoterapia. Es un método de curación natural que se vale de la fuerza que los colores ejercen sobre la mente para tratar aspectos tanto emocionales como también físicos, de cara a facilitar una autosanación. El color rojo se asimila al fuego y al sol y se le atribuye un efecto estimulante de la circulación sanguínea y del ánimo. El naranja se relaciona con la piel y los pulmones, el amarillo se asocia a los músculos y a la inteligencia, el verde, en efecto, es un color sedante, el azul se muestra más refrescante y ayuda a despejar la mente, el violeta se asocia a la anemia y se le atribuye la facultad de aplacar los estados de angustia y el púrpura es el color de la sensualidad y el que mejor rehúye la tristeza.

 

Secado de plantas medicinales  

 

Las plantas medicinales se pueden consumir frescas, sucede sobre todo en el caso de los frutos, pero lo más usual es utilizarlas secas. El proceso de secado puede hacerse de forma industrial, con maquinaria adecuada, que asegure las mejores condiciones de secado, pero también podemos experimentar la experiencia de un secado casero. El método más efectivo cuando se trata de plantas de hojas estrechas y en sumidades densas consiste en colgarlas por los tallos o pedúnculos de una base elevada, de manera que pueda circular el aire entre las hierbas cortadas. Se las agrupa por especies y se las ata sin apretar mucho. Cuando se trata de hojas anchas o crasas, se disponen sobre mallas, claramente separadas unas de otras y por especies, para permitir el paso del aire. Una vez dispuestas, se las mantiene en un espacio seco y alejado de la luz solar, a una temperatura de unos 20-24º C, durante al menos 20 días. Y una vez secas, se deben depositar en frascos de porcelana o de cristal, debidamente etiquetados. 

 

 

 

El secado de las plantas  

 

Podemos confeccionar un pequeño herbario de plantas medicinales de distintos colores, pero recordando que la recolección debe ser mesurada y no incluir especies escasas o amenazadas. Cuando no existía la fotografía, era el único modo que tenía la gente para estudiar la planta y obtener su identificación. Una vez cortadas y separadas por especies, se deben prensar en papel secante y a ser posible utilizar prensas especiales. Las flores tubulares y los cardos y otras flores en capítulos se pueden cortar longitudinalmente a fin de hacer visible su estructura interna y los tallos largos se pueden disponer en zig zag. Se extienden sobre dos hojas de papel secante y se las tapa con otras dos, para luego cubrirlas con papel de periódico antes disponerlas en la prensa. Las plantas más crasas o abultadas podrán precisar de más capas de secante. El tiempo que deben permanecer en las prensas dependerá de la humedad acumulada en la planta, pero por regla general cuatro semanas será tiempo suficiente. Una vez secas, las plantas se pueden conservar en pliegues o componer un cuadro. Los vivos colores de la flores quedarán por lógica algo atenuados, pero perfectamente reconocibles.


Texto: Jordi Cebrián

 

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