JARDINES ECOLÓGICOS

 OPTA POR UN JARDÍN ECO

Los jardines son siempre bellos y nos aportan frescura y bienestar. Pero también pueden resultar muy costosos en términos ambientales y económicos. La solución, un jardín ecológico, que imita a la propia naturaleza al máximo.


Jardins des Plantes Paris

 

Tener un jardín cerca es una necesidad imperiosa, sobre todo para los habitantes de las ciudades, pero en general, para todo el mundo. No es una afirmación gratuita o exagerada. Para muchas personas, es la única posibilidad con la que cuentan para entrar en contacto con la naturaleza. Mucho se ha hablado de los efectos reparadores que nos brindan los jardines a nivel emocional y como antídoto al estrés. Y lo cierto es que los parques y jardines de las ciudades son espacios muy frecuentados, que actúan como microclimas verdes y floreados, que nos permiten oxigenarnos y disfrutar de los colores, los perfumes y los sonidos de la naturaleza, que asimismo pueden servir de conectores verdes entre distintos espacios naturales, al tiempo que facilitan el contacto social y el desarrollo de actividades culturales y pedagógicas.   

Pero estas ventajas innegables no nos han de hacer perder de vista la otra cara de la moneda, el enorme costo en recursos, en agua, en productos químicos, como fertilizantes e insecticidas, y la muchas veces inapropiada gestión que se hace en muchos de los jardines y parques convencionales. 

Lo ideal, desde el prisma del ecologismo militante, es tratar de orientar nuestro jardín hacia un modelo más acorde con las condiciones climáticas del lugar en el que se localiza, que huya del uso de plaguicidas, fungicidas y herbicidas químicos, sustituyéndolo por soluciones ecológicas, que las hay, y que haga una gestión razonable del consumo del agua. En pocas palabras, un jardín ecológico o sostenible. 

 

Qué ventajas ofrece un jardín eco

 

Si te decides por montar un jardín sostenible o por transformar el que ya tienes en un modelo más respetuoso con el medio ambiente, las que siguen serían algunas de las ventajas a las que podrás aspirar si lo gestionas correctamente.

 

- El jardín ecológico permite que la propia Naturaleza sea la protagonista del espacio, dejando que los diferentes elementos de la flora y la fauna intervengan de forma libre, con algunas matizaciones que comentaremos.

- En este tipo de jardines prima, por tanto, el apoyo a la biodiversidad.

- Se limita al máximo el uso de pesticidas, plaguicidas, fungicidas, insecticidas o herbicidas químicos, que contienen compuestos nitrogenados y fosforados –entre otros- con un elevado potencial contaminante.

- Se aprovechan y reutilizan los restos orgánicos de la comida, la hojarasca y otros desechos vegetales para obtener compost con el que abonar y enriquecer el suelo.

- Suelen ser más económicos que los jardines convencionales, porque menor es el gasto en fertilizantes, menor el gasto de agua y menor el gasto también en plantas exóticas y en estructuras más o menos sofisticadas. 

- Evita o cuanto menos limita el uso de céspedes, que suelen tener un alto coste de mantenimiento.

- El jardín eco suele primar las plantas autóctonas y en especial aquellas que se adaptan mejor al lugar en el que estamos y a las condiciones climáticas (regimenes de lluvia, sequía, viento) reinantes. Por regla general requerirán de menores cuidados y resultarán más resistentes a la larga.

- El uso de plantas autóctonas nos permite asistir con mayor fidelidad al cambio de las estaciones.

- Las llamadas malas hierbas no son consideradas como tales y suelen ser bienvenidas, pues cumplen su función en la rueda de la vida.

- Favorece la presencia de fauna autóctona, como pájaros, arañas, libélulas y mariposas, que pueden beneficiarse, directa o indirectamente, de los recursos alimenticios que el jardín les brinda. 

- Favorece igualmente la presencia de insectos polinizadores, como avispas, abejorros, abejas o mariposas.

- Puedes potenciar la presencia de aves en tu jardín instalando cajas nidos –que sustituirían a los huecos en árboles maduros, tan escasos- y comederos y bebederos en lugares estratégicos para invitarles a que se acerquen.

- Supone un entorno saludable, libre de sustancias químicas, en el que todos los integrantes de la familia pueden pasar un buen rato sin temor a intoxicarse.

 

Alternativas a los productos químicos

 

En cualquier garden o en la tienda de jardinería de confianza te pueden suministrar un amplio elenco de alternativas válidas a los fertilizantes, fungicidas y plaguicidas químicos, y que en muchos casos pueden resultar igualmente válidos. Pero también pueden funcionar algunos trucos caseros, utilizados por nuestros ancestros, antes de que la poderosa industria química se hubiera adueñado de nuestros campos.

 

Para abonar, puedes contar con:

- El compost, que es un abono natural, que obtendrás de la descomposición natural de la basura orgánica y de los desechos vegetales del propio jardín, no debe faltar en un jardín eco. Cabe buscar un emplazamiento adecuado para instalarlo, que no suponga un estorbo o una fuente de mala olor.

- Los estiércoles, que obtendrás, si no tienes manías, de los excrementos de tus animales de compañía, contienen de promedio un 2% de nitrógeno y menores proporciones de fósforo y potasio, con lo cual pueden servir para mejorar las propiedades biológicas y químicas del sustrato.

- El poso del té o el café, las cáscaras de huevo (maceradas en agua durante unas dos semanas), y el resto de infusiones pueden servir de abonos naturales.

- Las hojarasca, incluido las agujas de pino, pueden ser también útiles. Pero recuerda que éstas últimas son muy ácidas y pueden acidificar el sustrato.

- La ceniza de la madera, muy rica en potasio, resulta igualmente un abono a considerar.

- El agua de hervir la verdura, si no has echado sal, una vez fría, puede ser un buen recurso para regar las plantas, a las que les suministran nutrientes elementales, como sales minerales.

 

Para luchar contra las plagas, puedes contar con:

 

Hasta el jardín más pulcro y natural será en algún momento víctima de la voracidad de alguna plaga, con la frustración que ello conlleva.  Pero hay maneras ecológicas de presentar batalla. 

- Conviene instalar plantas que actúan como repelentes naturales de los insectos, al contener determinados principios activos como aceites esenciales, taninos y alcaloides, que éstos no toleran. Es el caso de muchas plantas de la familia de las labiadas, como la albahaca, el tomillo, el hispo, la lavanda, la menta o el romero, o de las umbelíferas como el eneldo, el cilantro o el hinojo. Es también aconsejable plantarlas junto a tu pequeño huerto casero.

- Es importante potenciar la presencia de insectos depredadores, como avispas o mariquitas, pero también de aves insectívoras, para frenar la proliferación de insectos nocivos.

- Puedes utilizar algunos remedios tradicionales, de mayor o menor eficacia, como la ralladura de dientes de ajo contra los pulgones, el agua jabonosa –jabón potásico- contra la insidiosa mosca blanca y los pulgones, la mezcla de hollín y agua para acabar con los gusanos, la mezcla de ralladura de cebolla y ajo, con agua, sobre los ácaros.

- Para ahuyentar o neutralizar babosas y caracoles, que podrían diezmar nuestras plantas y cultivos del huerto, existen algunos remedios caseros más o menos efectivos como usar un recipiente con cerveza, semi enterrado en el sustrato, que los atrae y nos permite desembarazarnos de ellos. Puedes probar también cortezas de melón, sandía o plátano, o bien un bote con agua hirviendo, en donde habrás disuelto antes azúcar y levadura en polvo. 

- Otros recursos acaso más rotundos son el piretro, obtenido de una bella planta Tanacetum cinerariifolium, que actúa sobre el sistema nervioso de los insectos, paralizándolos, o bien las diatomeas, una tierra compuesta de algas fosilizadas y recubiertas de sílice, que combate todo tipo de insectos nocivos, sin dejar huella tóxica a su paso.

- El purín de ortiga y la decocción de cola de caballo tienen muchos adeptos entre los seguidores de la jardinería ecológica. Uno y otro se aplica pulverizando la zona afectada por la plaga.

- Trampas y dispositivos con feromonas para atrapar insectos diversos, como el picudo rojo. Existen diversas opciones eco, asequibles también por internet.

- Fungicidas elaborados con materia vegetal degradable para neutralizar infestaciones por hongos como Rhizotocnia, Cercospora, Altenaria y otros. Supuestamente dejan una huella tóxica mínima, pero es preciso informarse bien antes de decidirse a usarlos.

- Si la plaga persiste y se te descontrola la situación, tendrás que acabar recurriendo a medios más agresivos, pero procura adquirir plaguicidas, herbicidas y fungicidas avalados con certificados eco. De nuevo encontrarás una gran oferta por internet. 

- Y siempre puedes ir retirando a estos animalitos a mano, uno a uno, para lo cual cabe tener perseverancia y pocas manías.


 

Césped, un mal invento

El césped es un invento de la aristocracia francesa, del que se servían para mostrar que eran poseedores de tanto terreno libre, que lo podían dedicar a algo tan improductivo como es ese suelo segado de hierba, que no se podía pisar, toda una muestra de poder y suficiencia. Luego se ha relacionado con bienestar y confort, de manera que un césped bien cuidado era símbolo de prestigio y de riqueza. Pero tener un césped turgente supone un colosal gasto en agua y productos químicos, y requiere mucho mantenimiento. El césped puede resultar aceptable en países muy lluviosos, pero es del todo impropio en ambientes secos de clima mediterráneo. En su lugar, existen algunas opciones, como es crear céspedes naturales con algunas gramíneas (grama Cynodon dactylon, festucas Festuca rubra y otras, Lolium perenne, Poa campestre, etc), tréboles reptantes Trifolium repens, la oreja de ratón Dichondra repens, de rápido crecimiento rastrero o incluso la hiedra, aunque ésta tiende a gustar menos.   

Cynodon dactylon




Cómo organizar el jardín

 

En un jardín eco es aconsejable crear diferentes ambientes, como rocallas, muros, escalones, espacios planos, florestas y arboledas, que aporten una necesaria biodiversidad botánica y visual.

Debes tener un buen conocimiento del terreno, del tipo de suelo, para averiguar si necesitará mayor o menor drenaje y mayor o menor suministro de abonos y fertilizantes, de cara a enriquecerlo. En un jardín eco, convendrá proveerse de tierra o sustrato ecológico.  

Es también preferible que optes por esquejes que puedas obtener por ti mismo y por semillas ecológicas de venta en establecimientos especializados.

Para acomodar las plantas puedes valerte de los acolchados, más conocidos como mulching. Consiste en recubrir el suelo del pie de la planta con una capa porosa de entre 5 y 15 cm de grosor, para la cual utilizarás distintos materiales, como compost, hojarasca, paja, serrín, brozas de madera porosa, hierbas, guijarro, etc. En un jardín eco no está bien visto el uso de turba, porque se extrae de turberas, un hábitat hoy día muy amenazado.

Los expertos recomiendan no acumular mucho las plantas cuando las plantamos, dejando espacios entre ellas, para evitar que cuando crezcan se acaben tapando o ahogando unas a otras. Y ten en cuenta aquellas plantas cuyas raíces o rizomas presentan una tendencia invasiva,  a la hora de diseñar tu jardín.

Para regar, puedes instalar un riego a goteo o bien montarte un sistema de recogida del agua de la lluvia. A fin de  optimizar su gasto, conviene regar a primera hora del día y al atardecer, y dejar de hacerlo si hay previsión de lluvias.

Disponer de un pequeño estanque, rodeado de piedrecitas, puede ser una buena idea para atraer la fauna, que acudirá a beber o para cazar. Pero si resides en un lugar donde prolifera el mosquito tigre, descarta esta opción. 

Recicla objetos ya inservibles como baúles o cajas de madera, para destinarlos a jardineras, y en cuanto a las macetas y tiestos, opta mejor por las de arcilla mucho antes que el plástico. 

Recuerda situar las plantas más resistentes a la insolación y que precisan de menos riego en los espacios más soleados, y reserva los rincones más sombreados para las plantas que requieren de mayor riego.

Procura evitar las plantas de temporada, que te acaban obligando a rehacer la composición del jardín cada pocos meses.

Prioriza las plantas autóctonas, pero como estamos hablando de un jardín, no se trata de mostrarnos inflexibles con las de fuera. Muchas plantas de lugares lejanos, pero que comparten un clima similar, pueden adaptarse a la perfección a nuestro ambiente. Es el caso, para la península Ibérica, de plantas originarias de Chile, de Sudáfrica, de Australia y de algunos puntos de Asia oriental.

En un jardín eco las llamadas malas hierbas no tienen porqué ser rechazadas. Cenizos, amapolas, verrucarias, mastuerzos. lobularias o viboreras nos pueden brindar bonitas floraciones y potencian la polinización de insectos beneficiosos.

Evita a toda costa aquellas plantas de jardín que muestren una clara tendencia invasora y que fácilmente pueden “escaparse” del jardín e invadir entornos naturales. Es el caso del higo marino o uña de león Carpobrotus sp., de la madreselva japonesa Lonicera japonica, la chumbera Opuntia ficus-indica y similares, el ailanto Ailanthus altissima, el gandul Nicotiana glauca, el senecio del Cabo Senecio angulatus, la hierba de las pampas Cortaderia selloana, la lantana o banderita española Lantana camara, el miraguá de jardín Araujia sericifera y otras.

 

Algunos ejemplos de plantas para tu jardín eco

 

Incorpora en tu jardín, en función del espacio con el que cuentes, una buena representación de plantas de diferentes categorías, como las que te detallamos a continuación.

- Plantas aromáticas y/o medicinales, como el romero, el tomillo, la lavanda, la salvia, el rabo de gato, el hisopo, el cantueso, la alcaravea, la albahaca, el hinojo, el comino, el helicriso, la santolina o las distintas mentas.

- Plantas de flores muy bellas y espectaculares, que además servirán de imán para los insectos polinizadores, como el espolón de caballero, los rosales silvestres, la peonía, la onagra, la digital , las malvas y alceas o las diferentes amapolas.

- Plantas crasas y suculentas como los diferentes Sedum, las siemprevivas Sempervivum, la portulacaria, las bellas euforbias Euphorbia characias y afines y algunos cactus no invasivos.

- Arbustos resistentes que pueden actuar de barreras naturales como los distintos brezos, la alfalfa arborea Medicago arborea, el boj, el matabuey Bupleurum fruticosum, las distintas retamas y tojos, etc.

- Plantas exóticas de ambientes afines como la polígala sudafricana, la tecomaria, la gaura, la hortensia, la lila, la bella margarita del Cabo o la gazania. 

- Arbustos y pequeños árboles que dan frutos comestibles para la fauna, como los aladiernos, los cotoneaster, las piracantas, los majuelos, los durillos Viburnum tinus y similares, el lentisco, el nisperero de Japón, el manzano y el peral silvestre, los distintos cerezos, el membrillero, la higuera, el olivo, etc.

- Grandes y medianos árboles de hojas caduca, que aportan sombra en verano y permiten la luz solar en invierno, como el roble, el castaño, el castaño de indias o el abedul, pero también las moreras y el árbol del amor Cercis siliquastrum muy buscado por muchas aves de jardín.

- Plantas bulbosas o rizomatosas de floración invernal o preprimaveral como la sudafricana fressia, las violetas, los distintos narcisos, los muscaris, las prímulas, las vincapervincas, etc.

- Plantas bulbosas o rizomatosas de primavera y verano como los martagones, los gladiolos, las fritilarias, los distintos lirios Iris germanica, Iris foetidissima –que suelen fructificar de forma vistosa-,  los ajos silvestres Allium roseum, la leche de gallina Ornithogalum umbellatum y tantas otras.

- Plantas bulbosas o rizomatosas que florecen al final del verano o en otoño, como el cólquico amarillo Sternbergia lutea, los azafranes Crocus sp., o la elegante escilla Urginea maritima, tan común en Baleares y Levante. Nos brindan una vistosa floración preotoñal cuando el resto de plantas ya aparecen apagadas por el paso del estío.

- Plantas enredaderas como la bignonia, la vid de muros, las clemátides, las artistoloquias, el jazmín amarillo, el jazmín vulgar, el jazmín azul o la hiedra, entre otras. Mejor evita la Ipomoea  y la madreselva japonesa por el carácter invasivo de ambas.

- Y no tenemos porqué cerrar la puerta a muchas plantas espontáneas, sean ruderales –de márgenes de caminos- o arvenses –de márgenes de sembrados-, como las medicinales borrajas, las amapolas, las arvejas o las llamativas moricandias, entre otras.

Urginea maritima



Galax urceolata

Bupleurum fruticosum

Cercis siliquastrum




Escallonia rubra

Lavandula dentata

Estrilda astrild sobre Viburnum tinus

Freesia refracta




Gaura lindheimieri

Gazania sp.

Jasminum mesny

Jasminum nudiflorum

Medicago arborea

Moricandia arvensis

Plumbago auriculata

Podranea ricasoliana

Polygala myrtifolia

Portulacaria

Pyracantha angustifolia

Rhamnus alaternus

Santolina chamaecyparissus

Sorbus domestica

Tecomaria capensis

Tipuana tipu

Viburnum tinus

Viola tricolor

 

Texto: Jordi Cebrián

Totes les fotos © Jordi Cebrian, marzo 2023

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