INSECTICIDAS NATURALES

 INSECTICIDAS 100% NATURALES

 

Las insidiosas picaduras de insectos y las invasiones de estos bichos en tu hogar se pueden solucionar con remedios naturales. Toma nota.







 

Los insectos tienen muy mala prensa. Decir que constituyen, con mucho, el grupo de especies más numeroso del planeta y que su función biológica es fundamental para asegurar el equilibrio ecológico –a través del proceso de la polinización- no convencerá a buen seguro a quien acabe de ser afectado por una dolorosa picadura o a quien haya visto arruinada su cosecha de tomates por una plaga de pulgones. Donde hay plantas hay insectos y debe haberlos, y también los hay en nuestras casas, aunque nos esforcemos en blindarlas contra ellos. 

Tanto en el hogar, como en el jardín, como especialmente en el huerto, las armas químicas para combatirlos, en forma de insecticidas, pesticidas o plaguicidas, han podido resultar más o menos satisfactorias, pero a cambio de pagar un precio acaso demasiado alto en algunos casos. 

Los insecticidas al uso, especialmente aquellos que contienen derivados sintéticos de los piretroides naturales y que actúan sobre el sistema nervioso de los insectos voladores, provocando su parálisis y posterior muerte, no muestran riesgo significativo si se usan de manera responsable y a corto plazo, pero sí que pueden generar efectos negativos a largo plazo o en un uso indebido. Algunos estudios clínicos han demostrado que niños y adolescentes expuestos a este tipo de sustancias podrían verse afectados por una excesiva producción de testosterona, lo que aceleraría su llegada a la pubertad. Generalmente se trata de insecticidas en aerosol con válvula, que funcionan como nebulizadores, expandiendo el insecticida por el aire. El repelente químico más utilizado contra pulgas, moscas y garrapatas es el que contiene dietil-meta-toluamida (DEET), que ya no muestra acción alguna sobre abejas y avispas. Es en general seguro si se usa con moderación y en concentraciones bajas o medias, pero se han señalado casos de reacciones cutáneas, sobre todo en personas sensibles.

 

Por otro lado, el uso incontrolado de insecticidas en el trabajo o en las aulas puede incrementar el número de afectados por el llamado síndrome de sensibilidad química, una dolencia de la que se habla muy poco y que condena a los afectados a la incapacidad laboral. 

 

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA, por su parte, tras analizar hasta 1.500 estudios científicos, llegó a la conclusión de que los polémicos insecticidas con neonicotinoides, fabricados por empresas poderosas como Bayer o Sygenta y utilizados como pesticidas sobre cultivos, representan un riesgo severo para la supervivencia de abejas y abejorros, insectos indispensables para la polinización de muchas plantas de consumo humano, como el girasol, el pepino o la fresa y para muchas plantas forrajeras como la alfalfa. De igual modo, un amplio elenco de plaguicidas empleados en agricultura, tanto en sembrados a gran escala como en huertos familiares, se consideran contaminantes hormonales o disruptores endocrinos (EDC), por cuanto pueden alterar la síntesis, el metabolismo y la acción de las hormonas naturales, modificando seriamente el funcionamiento del sistema hormonal en el organismo humano. La exposición a estos tóxicos, sea a través de su manipulación directa o de la alimentación, puede conllevar daños más o menos graves, como pérdida de fertilidad, riesgo de malformaciones congénitas, aparición de enfermedades metabólicas como diabetes, obesidad o problemas de tiroides, debilidad del sistema autoinmune e incluso una mayor incidencia de algunos tipos de cáncer. El pesticida más utilizado en el mundo en agricultura y jardinería, el famoso glifosato, fue calificado por la OMS en 2015 como “probablemente” cancerígeno. Existe una enorme controversia sobre el peligro que supone su uso, muy generalizado en nuestro país. Algunos expertos rebajan el riesgo que entraña a un nivel bajo, al considerar que no se ha podido establecer una relación directa entre su uso y los daños sobre la salud humana. Por contra, los movimientos ecologistas, recogiendo el parecer de otro sector de científicos, lo vinculan a la aparición de algunos tipos de cáncer, como el de páncreas, riñón y linfoma, y a una mayor frecuencia de problemas reproductivos, abortos, malformaciones, problemas neurológicos y alteraciones endocrinas. Es justo añadir que el glifosato, al actuar como un herbicida no selectivo, reduce la cantidad y diversidad de especies vegetales, siendo por tanto un peligro para la biodiversidad. En muchos municipios europeos y españoles se ha prohibido su uso, como es el caso de Barcelona o de Castelló, donde se ha sustituido por opciones naturales como el ácido acético para fumigar calles, plazas y jardines. Según informa Ecologistas en Acción, a día de hoy hasta 150 administraciones españolas, sea a nivel autonómico o municipal, se han comprometido a gestionar sus espacios verdes sin glifosato, optando por soluciones naturales y por campañas de sensibilización.  

 

 

Mejor prevenir que lamentar

 

Aunque sobre todo en entornos urbanos existe la percepción generalizada de que hay menos insectos que antes, el riesgo de ser víctimas de una dolorosa picadura de avispa, abejorro, tábano o mosquito tigre cuando estamos en el jardín, en el parque o incluso en la terraza de casa, sigue bien vigente. Y el primer paso para eludir las molestas picaduras pasa por la adopción de unas pocas medidas de prevención, como las que te proponemos a continuación:

 

- Evita llevar vestidos de colores llamativos o estridentes, que suelen atraer más a los insectos. Se recomiendan las prendas de colores claros como el blanco o el beig.

- Si vas a ir de excursión o a permanecer en un espacio ajardinado donde abundan los insectos, puede ser preferible que vistas prendas de manga larga que te cubran brazos y piernas, sin olvidarte de las zapatillas cerradas para evitar el riesgo de recibir una picadura.

-  Es también aconsejable evitar los perfumes, desodorantes, lacas del cabello y lociones post afeitado.

- Si estás en una casa de campo, puede ser necesario cerrar las ventanas por la noche.

- No es una buena idea caminar descalzo por el campo, por muy placentero y saludable que resulte, en especial si eres una persona propensa a ser víctima de picaduras. 

- Procura no mantener recipientes llenos de agua, como platos o bases de tiestos, a fin de evitar la cría y proliferación del funesto mosquito tigre, responsable de un buen número de picaduras en los últimos tiempos.

- Si eres alérgico y por tanto desarrollas una reacción virulenta tras una picadura, procura evitar aquellos espacios muy floreados, como parques, jardines y prados floridos. 

- El uso de mosquiteras puede ser una buena solución sobre todo si te encuentras en países tropicales o cerca de ambientes con ganado. 

- Para evitar la proliferación de insectos dentro de casa, como hormigas, moscas o cucarachas, evita que queden restos de alimentos en el suelo, pasa la escoba a fondo, y tapona aquellos agujeros por donde podrían colarse.

- Y sobre todo, no dejes de recurrir a plantas floridas que actúan como repelentes naturales de insectos y que puedes colocar en lugares estratégicos del interior o el exterior de tu hogar, como repisas o alféizares, en tiestos o macetas. Asimismo puedes componer saquitos rellenos con estas plantas secas, que puedes situar dentro de armarios o en determinados rincones como si fuera una naftalina natural. Algunas de las plantas que se han mostrado eficaces para este efecto barrera son el orégano, la lavanda, la albahaca, la menta piperita, la mejorana, el romero, el poleo, el hisopo, la ruda, el jazmín y el geranio, entre otras.

 

Los enemigos a afrontar  




 

No siempre podemos detectar a tiempo la criatura que nos ha regalado una picadura, en la mayor parte de las ocasiones lo que notamos es una marca, una inflamación y enrojecimiento en la piel, que nos provoca más o menos dolor e hinchazón. Los responsables de esta agresión suelen ser aquellos insectos con los que más convivimos. Otro cantar supone el viajar a destinos lejanos. 

- Las hormigas nos pican, o mejor debiéramos decir nos muerden,  cuando estamos sentados en el jardín, sobre el césped. Nos inyectan ácido fórmico, muy corrosivo, que provoca hinchazón y enrojecimiento, a veces incluso pus si se infecta   

- El mosquito vulgar, en esencia solo la hembra, suele picar sobre todo al atardecer o por la noche, en jornadas calurosas y provoca una hinchazón en forma circular, con un punto rojo central y bastante picor. 

- Las abejas y las avispas provocan una picadura muy dolorosa, con hinchazón y enrojecimiento vivo, con una marca central que es donde el insecto ha clavado su aguijón (que en el caso de la abeja queda dentro y provoca su muerte)




- Las arañas causan picaduras muy diversas en función de la especie. Suelen ser mucho más raras y poco dolorosas, salvo excepciones.

- Las garrapatas causan una hinchazón y enrojecimiento severo. Lo importante es que no se introduzca su cabeza en tu piel, lo que podría desembocar en una peligrosa infección.

- Los chinches provocan bultos rojos de formas irregulares distribuidos aisladamente sobre la piel y suelen producir comezón y dolor más o menos intenso. Pueden ocultarse en los pliegues de la ropa y seguir molestando.




- Las pulgas provocan ronchas formando una hilera, y suelen atacar pies y piernas. Cuidado, pues pueden derivar en enfermedades.

- La escorpión puede picarte en el pie o la pierna cuando estás sentado junto a troncos caídos. Es una picadura muy dolorosa, que produce hinchazón y quemazón y que si eres alérgico, puede  obligarte a buscar auxilio médico de urgencia.

 

 

SELECCIÓN DE INSECTICIDAS NATURALES

 

El saber tradicional, cuando los insecticidas químicos aún estaban por inventar, logró idear un sinnúmero de estrategias de defensa, tanto a nivel preventivo como curativo, para combatir las molestas picaduras de insectos. Y muchas de estas estrategias están basadas en el uso de plantas medicinales. Este conocimiento ancestral está reviviendo en nuestra sociedad urbana, que en determinados sectores se muestra reacia a emplear recursos químicos para repeler animales, por muy insidiosos que éstos resulten.

 

Te brindamos a continuación algunos de estos recursos tradicionales, caseros o ecológicos, que te puedes preparar tú mismo o bien adquirir en tu herbolario de confianza. En primer lugar, algunos ejemplos de remedios preventivos para las personas: 

 

- Quemador de olor con aceites esenciales 



de geranio, jazmín, menta o lavanda, repartidos por toda la casa, como ahuyentador natural de insectos.

Saquitos de plantas medicinales secas colgados en lugares estratégicos de la vivienda, para ahuyentar los insectos. Tienes muchas opciones, como la lavanda, la salvia, el tomillo limonero.


Loción elaborada con aceite esencial de romero, menta o lavanda, mezclada con aceite de almendras, con el que nos untamos la piel expuesta para prevenir las picaduras.

Aceite de neem, una planta originaria de la India y Birmania. Resulta ideal para repeler moscas, tábanos y mosquitos. Se aplica en masaje sobre la piel.

Aceite esencial de citronella, una gramínea de fragancia alimonada resulta muy eficaz para ahuyentar los insectos. Se puede aplicar también asociada a aceite de almendras o de oliva, para untarte las partes expuestas de tu piel. 

- La infusión bien concentrada de la mezcla de lavanda, ruda, salvia y tomillo se aplica una vez fría sobre la piel como una eficaz capa protectora contra las picaduras.

- Las hojas de romero y tomillo, trituradas, se utilizaban para repeler pulgas y garrapatas, con un éxito relativo.

- Hay quien sostiene que ingiriendo ajo crudo, cebolla o clavo de olor consigues que los mosquitos no se te acerquen, porque no pueden tolerar el olor que transpiras. 






 

Como curativos, para aliviar la picazón y rebajar la inflamación, puedes usar:

- Una primera cura, que muchas veces basta, ante una picadura, pasa por aplicar un foco de frío en la zona afectada.

- Para reducir la hinchazón, puede servir bañar la zona con agua y vinagre.

- El aceite de clavo se ha mostrado muy eficaz en caso de picadura de avispa y abeja. Se comporta como antibacteriano, antiinflamatorio y analgésico. Se suele asociar el aceite esencial con otros como el de salvia, canela o eucalipto. Se aplica en masaje. Sirve igualmente para alejar las moscas.

- La pomada de caléndula, como antiinflamatoria, antiséptica y regeneradora de la piel, es muy útil en caso de picadura de mosquito, abeja y avispa, aplicada en masaje suave, repitiendo la operación durante una semana.

- El ajenjo Artemisia absinthium, macerado en agua durante una semana, se usa con bastante eficacia para eliminar pulgones, cochinillas e incluso hormigas invasoras.




- La loción elaborada con aceite esencial de lavanda, mezclado con aceite de árbol del té, geranio y citronela, más vinagre de manzana, se había usado para aliviar el dolor provocado por picadura de arañas y chinches, pero también es útil contra los mosquitos.

- Las flores y hojas de malva, apenas puestas a hervir un minuto, dan una infusión, que mezclamos con un puñado de arcilla, y la masa resultante se dispone sobre el área inflamada.




- La decocción de hojas de laurel, ramilletes de tomillo y hojas de salvia, unos 15 g de cada por medio litro de agua, se aplica como loción en fricción sobre el cuero cabelludo para eliminar los piojos.

El gel de aloe vera, aplicado sobre la picadura, te brinda un alivio instantáneo.

- El zumo de limón se había usado para despistar y acabar con las procesiones de hormigas dentro de casa, pero su eficacia es muy limitada.

- Y no olvides que la salamanquesa que se ha podido colar en tu hogar es un fiel aliado para acabar con los insectos intrusos, especialmente polillas. 




 

Para tu jardín y tu huerto casero:

 

- El piretro Tanacetum cinerariifolium, contiene piretrinas, principio activo del que derivan muchos insecticidas de síntesis. Podemos beneficiarnos de este efectivo recurso natural, que en efecto ataca el sistema nervioso de los insectos y los paraliza, pero no afecta a otras plantas ni animales. Se suele aplicar fumigando la zona afectada por la plaga con la decocción de las flores y hojas secas de esta planta, originaria de la costa dálmata, pero presente como subespontánea en muchos lugares de España. Es útil para fumigaciones en huertos familiares, pero ya no tanto en sembrados extensos.




- La decocción de cola de caballo. Es uno de los recursos clásicos en la jardinería ecológica para acabar con las plagas de pulgones y de araña roja que con tanta frecuencia se ceban en nuestros huertos y jardines.

- La albahaca se suele plantar en la huerta para repeler con eficacia la invasión de moscas y de insectos parásitos.

- La mejorana, el hisopo, la salvia, el tomillo limonero y el orégano, asi como otras plantas de la familia de las labiadas, pero también el hinojo, la borraja y las jaras atraen a las abejas y avispas, que a su vez pueden depredar sobre insectos nocivos para tu jardín.

- Las hojas de ruda, de fragancia intensa y controvertida, junto con hojas de salvia y menta, machacadas y luego diluidas en agua, se aplican pulverizadas sobre tus cultivos para ahuyentar los parásitos. 




 

 

REMEDIO ANTIMOSQUITOS   

 

 

Spray con esencias naturales

Ingredientes:

100 g de hidrolato de lavanda

10 ml de alcohol de 96º como conservante

10 gotas de aceite esencial de lavanda

10 gotas de aceite esencial de eucalipto

10 gotas de aceite esencial de citronela

5 gotas de aceite esencial de clavo

5 g. de glicerina vegetal (media cucharadita)

Preparación: Viertes el hidrolato en un cazo y añades los aceites esenciales, el alcohol y la glicerina vegetal. Lo remueves un rato. Lo traspasas a un frasco con spray y ya está listo para ser usado. 

Debes agitar el frasco cada vez que lo vayas a usar. Lo aplicas pulverizando la zona expuesta de la piel para prevenir las picaduras. Se puede destinar igualmente a ambientador antiinsectos. 

 

 

Texto: Jordi Cebrián

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